sábado, 6 de noviembre de 2010

cristobal colon

Cristóbal Colón
El origen de Cristóbal Colón es un enigma sobre el que no existe unanimidad entre historiadores e investigadores, entre otras razones por la confusión y pérdida de documentación referente a sus orígenes y ascendencia. Además su propio hijo, Hernando Colón, en su "Historia del almirante Don Cristóbal Colón" oscureció aún más su patria de origen afirmando que su progenitor no quería que fuesen conocidos su origen y patria.
Por ésta, entre otras razones, han surgido múltiples teorías sobre el lugar de nacimiento de Colón.
La tesis apoyada mayoritariamente mantiene que Cristoforo Colombo nació el año 1451 en Savona, en la República de Génova. Sus padres serían Doménico Colombo -maestro tejedor y luego comerciante- y Susanna Fontanarrosa. De los cinco hijos del matrimonio, dos, Cristoforo y Bartolomeo, tuvieron pronto vocación marinera. El tercero fue Giacomo, que aprendió el oficio de tejedor. Respecto a los dos restantes, Giovanni murió joven y la única mujer no dejó rastro.[
Existen actas notariales y judiciales que defienden esta tesis.[] Además el mismo Colón declara ser genovés, en el documento denominado "Fundación de Mayorazgo", pero diversos autores e investigadores indican que probablemente esta declaración sería interesada por los pleitos que mantuvieron sus descendientes con la corona, y por ello lo declararon como falso o apócrifo, sin embargo otros investigadores a principios del siglo XX encontraron en el Archivo de Simancas documentos que, según ellos, mostraban la autenticidad de este documento.
Por otro lado algunos autores e investigadores han defendido otras hipótesis sobre el origen de Colón. Una de ellas es la hipótesis catalana; Luis Ulloa, historiador peruano que residió en Barcelona varios años, afirmaba que Colón era de origen catalán y de tradición marinera, basándose, entre otras razones, en que en sus escritos, todos en lengua castellana, existen giros lingüísticos propios del catalán. Para Ulloa, Cristóbal Colón fue un noble catalán que se llamaría realmente Joan Colom, un navegante enemigo de Juan II de Aragón, contra el que luchó al servicio de Renato de Anjou, aspirante al trono y que además sería el supuesto John Scolvus que habría llegado al norte de América en el año 1476, que posteriormente le ofrecería el proyecto del descubrimiento a Fernando el Católico para beneficio de Cataluña.[31] Esta teoría ha sido seguida, ampliada o modificada por diversos autores, en su mayoría historiadores e investigadores catalanes, aunque también existen investigadores de otros países como el estadounidense Charles Merrill que han apoyado esta tesis.
De la hipótesis catalana han surgido diferentes corrientes como las tesis Baleares, una de ellas, la mallorquina, identifica a Colón con un hijo natural del príncipe de Viana nacido en Felanitx, Mallorca. Sin embargo el investigador, periodista y piloto mercante, Nito Verdera, rechazó esta tesis. Verdera, asimismo, mantiene la teoría de que Colón sería criptojudío y nacido en Ibiza.
Otra hipótesis indica que Colón era de origen gallego, Celso García de la Riega sostuvo esta teoría[] basándose en documentos de la época colombina, sin embargo, posteriormente fueron rechazados por los estudios realizados tanto por el paleógrafo Eladio Oviedo Arce, como por el de la Real Academia de la Historiaen el que concluyeron que dichos documentos, o bien eran falsos, o habían sido manipulados en fechas posteriores a su creación.
También existe la teoría del origen portugués, que se basa en la interpretación del anagrama de la firma de Colón o en la existencia de supuestos portuguesismos en sus escritos. El experto filólogo Ramón Menéndez Pidal confirmó que eran portuguesismos en contra de quienes mantenían que eran galleguismos o catalanismos aunque el historiador Antonio Romeu de Armas matizó que esto se debería no a que fuera nacido en Portugal sino a una naturalización debida a los años que permaneció en aquel país. Existen, además, conjeturas indicando un posible origen sefardí, de acuerdo a la tesis del historiador Salvador de Madariaga. Para Madariaga, Colón sería genovés, pero sus ascendientes serían judíos catalanes huidos en las persecuciones de finales del siglo XIV. Colón sería un judío converso, razón que explicaría, según Madariaga, su empeño en ocultar sus orígenes.
Asimismo han surgido otras teorías, si bien más minoritarias, sobre el supuesto origen español de Colón. Aparte de las hipótesis citadas que proponen un origen catalán, gallego o balear, existen otras teorías que le atribuyen un origen andaluz, concretamente de Sevilla, castellano de Guadalajara, extremeño de Plasencia o vasco. Otros países también se disputan ser la cuna del almirante, siendo de posible origen griego; inglés;  corso; noruegoo croata.

Lengua de Colón

Como se ha indicado, sobre la lengua materna de Colón también existe controversia ya que, según los investigadores, es un importante apoyo para una u otra teoría sobre su ciudad natal. Para tratar de fijar sus orígenes reales, se han dado diversas razones en todos los sentidos. La mayor parte de sus escritos están en castellano, pero con evidentes giros lingüísticos procedentes de otras lenguas de la península Ibérica que, siguiendo a Menéndez Pidal, muchos coinciden en señalar como portuguesismos. Hay varios investigadores y lingüistas, tanto de Galicia como de Cataluña o de Baleares, que apoyan la hipótesis de que son galleguismos[] o catalanismos.
No parecen existir escritos en italiano realizados por Colón, salvo alguna nota marginal, al parecer con una redacción deficiente. El latín tampoco parecía dominarlo y lo escribía con influencia hispánica y no italiana.
Historiadores como Consuelo Varela o Arranz Márquez opinan que se trata de un típico hombre de la mar que se expresa en diversas lenguas sin llegar a dominar bien ninguna, o que quizá hablase la lingua franca o jerga levantisca.

A la izquierda se ve la firma de Colón como "Xpo Ferens", a la derecha su firma como "Al Almirante".
Según la teoría del origen genovés, la más apoyada por los historiadores, Cristóbal Colón sería la castellanización del italiano Cristoforo Colombo. Cristoforo puede traducirse por Cristóbal, el que lleva a Cristo, y Colón en italiano significa paloma. En una de las firmas de Colón se puede leer "Xpo Ferens", que, según algunos investigadores, significa "portador de Cristo".
Primeros años
Según esa hipótesis, su educación literaria fue escasa y se introdujo en la navegación a temprana edad. De ser cierta esta teoría, entre 1474 y 1475 habría viajado a la isla de Quíos (Quío o Chío), posesión genovesa en el mar Egeo, como marino y probablemente también como comerciante. Por otra parte, su hijo, Hernando Colón asegura que su padre aprendió letras y estudió en Pavía, lo que le permitía entender a los cosmógrafos.
La parte de la historia más documentada de Cristóbal Colón comienza en 1476, cuando alcanzó las costas portuguesas, al parecer víctima de un naufragio en un combate naval durante la Guerra de Sucesión Castellana.
Es difícil estimar en qué momento nació el proyecto de Colón de llegar a Cipango (el moderno Japón) y a las tierras del Gran Kan navegando hacia Occidente, pero puede fecharse después de su matrimonio y antes de 1481.
Probablemente tuvo conocimientos de los informes del matemático y médico florentino Paolo dal Pozzo Toscanelli sobre la posibilidad de llegar a las Indias por el oeste, redactados a instancias del rey de Portugal, Alfonso V, interesado en el asunto.
Sea como fuere, Colón tuvo acceso a una carta de Toscanelli que iba acompañada de un mapa en que se trazaba el trayecto a seguir al oriente asiático, incluidas todas las islas que se suponían debían estar en el trayecto. Este mapa y las noticias de Toscanelli estaban basados principalmente en los viajes de Marco Polo. Señalaba este último que entre el extremo occidental de Europa y Asia la distancia no era excesiva, estimando en torno a 6.500 leguas marinas el espacio entre Lisboa y Quinsay, y desde la legendaria Antilia al Cipango sólo 2.500 millas, lo que facilitaba la navegación. Se conocen dos cartas dirigidas por Toscanelli a Colón recogidas por el padre Las Casas en su Historia de las Indias, sin embargo también existe polémica sobre la autenticidad de las mismas.
Los libros que se conservan de la biblioteca de Colón aportan luz sobre lo que influyó en sus ideas, por su costumbre de subrayar los libros y se deduce que los más subrayados serían los más leídos. Entre los que tienen más anotaciones están el Tractatus de Imago Mundi de Pierre de Ailly, la Historia Rerum ubique Gestarum de Eneas Silvio Piccolomini y especialmente Los Viajes de Marco Polo, que le dieron la idea de cómo era el oriente que soñaba encontrar.
Colón se basaba en que la Tierra tenía una circunferencia de 29.000 km, según la "medición" de Posidonio y la medida del grado terrestre de Ailly, sin considerar que éste hablaba de millas árabes y no italianas, que son más cortas, de modo que cifraba esa circunferencia en menos de las tres cuartas partes de la real, que por otro lado era la aceptada científicamente desde tiempos de Eratóstenes. Como resultado de lo anterior, según Colón, entre las Canarias y Cipango debía haber unas 2.400 millas marinas, cuando, en realidad, hay 10.700.
El navegante del Atlántico
En 1476, viajando rumbo a Inglaterra, su nave naufragó en una batalla entre mercantes de caucho y el corsario Casenove, también denominado "Colón el viejo". Se salvó a nado y alcanzó las costas del Algarve. Desde allí partió a Lisboa, en busca de la ayuda de su hermano Bartolomé y de otros conocidos.
Hasta 1485 vivió en Portugal como agente de la casa Centurione de Madeira y realizó numerosos viajes con destinos variados, incluida Génova, Inglaterra e Irlanda. Posiblemente en este viaje, en el año 1477, llegó a Islandia y escuchó leyendas de un camino hacia Terranova viajando hacia el oeste. Parece que también viajó por las rutas que los portugueses frecuentaban en las costas occidentales de África como Guinea y seguramente habría estado en las Canarias, lo cual implica que también conocería la "Volta da Mina", ruta que seguían los marineros portugueses cuando regresaban a su país desde el golfo de Guinea y con ello los alisios del Atlántico.
Entre 1479 y 1480 contrajo matrimonio con doña Felipa Moniz, hija del colonizador de las islas Madeira, Bartolomé de Perestrello, probablemente en Lisboa. Una vez casado vivió en Porto Santo y en Madeira, lo que hace suponer que viajara también a las Azores. Su relación con Felipa, de la clase alta portuguesa, le abriría puertas para la preparación de su proyecto. En 1480 tuvieron su único hijo, Diego Colón.
Portugal
Monumento a Cristóbal Colón inaugurado con motivo del 500 aniversario de su fallecimiento, situado en los jardines exteriores del Monasterio de La Rábida.
Entre 1483 y 1485 ofreció por primera vez su proyecto al monarca de Portugal, el cual encargó que fuera analizado por una junta de expertos, denominada Junta dos Matemáticos que finalmente desestimó la empresa. Sin embargo, el rey Juan II no quiso que se cerraran totalmente las puertas para futuras negociaciones y posiblemente concediese mayor veracidad al proyecto colombino que el que le dio la junta examinadora. Hernando Colón escribió en su Historia del Almirante que Juan II envió secretamente una carabela siguiendo el rumbo que Colón había indicado, pero regresaron sin haber conseguido llegar a ninguna tierra nueva.
En 1485, al fallecer su esposa Felipa y por la falta de apoyo a su proyecto, abandonó Portugal y viajó hacia Castilla en busca de patrocinio.

Castilla

Si bien los primeros cronistas y algunos testimonios de los pleitos colombinos reflejan que Colón llegó a Castilla con su hijo Diego Colón, entrando por el Puerto de Palos hacia finales del año 1484 o comienzos de 1485, hay algunos autores que no admiten estos sucesos como ciertos aunque es la versión apoyada más frecuentemente. Según dicha versión, en el vecino monasterio de La Rábida, hizo amistad en primera instancia con fray Antonio de Marchena y años más tarde con fray Juan Pérez, a quienes confió sus planes. Los frailes lo apoyaron y recomendaron a fray Hernando de Talavera, confesor de la reina Isabel I. En la vecina villa de Moguer también encontró el apoyo de la abadesa del convento de Santa Clara, Inés Enríquez, tía del rey Fernando el Católico. Colón se dirigió a la corte, establecida por entonces en Córdoba, y entabló relaciones con importantes personajes del entorno real.
Si bien el Real Consejo rechazó su proyecto, consiguió ser recibido en enero de 1486, gracias al valimiento de Hernando de Talavera, por la reina Isabel, a quien expuso sus planes. La reina se interesó por la idea, pero quiso que, previamente, un consejo de doctos varones, presidido por Talavera, diera un dictamen sobre la viabilidad del proyecto, mientras asignaba a Colón, pobre de recursos, una subvención de la corona.
El Consejo se reunió en la Universidad de Salamanca y, basándose en la circunferencia aceptada de la Tierra desde Eratóstenes, que era de 252.000 estadios (tomando el estadio egipcio, tendría un error del 1% sobre la medida aceptada ahora de 40.000 km) dictaminó que la distancia que había a las verdaderas Indias era excesiva y determinó la viabilidad del proyecto como absolutamente imposible. También parece que las exigencias económicas y políticas expuestas por Colón eran muy altas, como se vio en las Capitulaciones de Santa Fe.
La reina llamó entonces a Colón, diciéndole que no descartaba totalmente su plan. Mientras el navegante esperaba, se dedicó a vender mapas y libros para mantenerse económicamente.
Conoció en esa época a la cordobesa Beatriz Enríquez de Arana, que vivía con un primo y trabajaba como tejedora. Nunca se casaron, aunque a su muerte Colón le legó su fortuna e hizo que su primer hijo, Diego, la tratara como a su madre verdadera. Tuvieron un hijo, Hernando o Fernando Colón, quien viajó con su padre a América en su cuarto viaje y años más tarde escribió la Historia del Almirante Don Cristóbal Colón, una biografía de su padre quizás excesivamente elogiosa.
Colón pasó nuevamente a Portugal a intentar suerte pero, por las razones antedichas, sin resultado. Talavera le recomendó ofrecer su proyecto a Luis de la Cerda, duque de Medinaceli, quien se mostró interesado y acogió a Colón durante dos años en su palacio de El Puerto de Santa María. Sin embargo, al ser consultada, la reina mandó llamar a Colón y le prometió ocuparse de su plan tan pronto como se terminara la conquista de Granada.
Deza y Colón. Detalle del monumento a Colón de Madrid (A. Mélida, 1885).
En diciembre de 1491, Colón llegaba al campamento real de Santa Fe de Granada. Su proyecto fue sometido a una nueva junta, convocada por la reina, pero nuevamente se rechazó. Parte importante de la oposición era por las exigencias desmedidas de Colón. En esos momentos intervinieron Luis de Santángel y Diego de Deza, quienes ganaron para su causa al rey de Castilla, Fernando, consiguiendo su apoyo.
Las arcas de los monarcas, debido a las distintas campañas bélicas y en especial la toma de Granada, no pasaban por sus mejores momentos, es por ello que Luis de Santángel, escribano de ración, se ofreció a prestar el dinero que le correspondía aportar a la corona, 1.140.000 maravedís.Consta en el Archivo de Simancas la devolución de esta cantidad a Luis de Santángel.
Las Capitulaciones de Santa Fe
Las negociaciones entre Colón y la Corona se realizaron a través del secretario de la Corona de Aragón, Juan de Coloma, y de fray Juan Pérez, en representación de Colón. El resultado de las negociaciones fueron las Capitulaciones de Santa Fe, del 17 de abril de 1492.
Por este documento Colón obtenía las siguientes prebendas:
El título de Almirante en todas las tierras que descubriese o ganase en la mar Océana, con carácter hereditario y con el mismo rango que el Almirante de Castilla.
El título de virrey (hereditario) y gobernador general en todas las islas o tierras firmes que descubriera o ganara en dichos mares, recibiendo el derecho de proponer ternas para el gobierno de cada una de ellas.
El diezmo (diez por ciento) del producto neto de la mercadería comprada, ganada, hallada o trocada dentro de los límites del Almirantazgo, quedando un quinto para la corona.
La jurisdicción comercial de los pleitos derivados del comercio en la zona de su almirantazgo, según correspondiese a tal oficio.
El derecho a contribuir con un octavo de la expedición y participar de las ganancias en esa misma proporción.
Estatua de los Hermanos Pinzón en Palos de la Frontera; al fondo se observa la Fontanilla y la Iglesia de San Jorge Mártir.
Las Capitulaciones fueron firmadas en Santa Fe de Granada el 30 de abril de 1492, a la vez que se concedía a Colón el título de don.
Se despacharon, además, diversas cédulas para la organización del viaje. Según una de ellas, Colón sería Capitán Mayor de la Armada, constituida por tres navíos. Otra cédula era una Real Provisión dirigida a ciertos vecinos de la villa de Palos y decía que debían proporcionar dos carabelas equipadas y tripuladas como pago de una sanción impuesta a dichos vecinos.[

Colón en Palos, intervención de Martín Alonso Pinzón

Cuando Colón llegó a la villa de Palos se encontró con la oposición de los vecinos, que desconfiaban del extraño. Una Real Provisión dirigida a Diego Rodríguez Prieto y otros vecinos de la villa, en la que los sancionaba a servir a la corona con dos carabelas durante dos meses, fue leída en la puerta de la Iglesia de San Jorge, donde estaba situada la plaza pública. También hubo problemas en el reclutamiento de marineros, por ello Colón recurrió a una de las provisiones expedidas por los monarcas en la que se le concedió permiso para reclutar marineros entre los encarcelados, aunque finalmente esto no fue necesario. Por fin, los religiosos de La Rábida, en especial fray Juan Pérez y fray Antonio de Marchena, lograron solucionar el problema de la recluta de marineros, al poner en contacto a Colón con Martín Alonso Pinzón, destacado navegante local, que apoyó la posibilidad del viaje, contra lo que la gente pensaba del proyecto. También Pero Vázquez de la Frontera, viejo marino de la villa muy respetado por su experiencia y amigo de Martín Alonso, influyó de manera importante para que el mayor de los Pinzón se decidiera a apoyar la empresa.
Martín Alonso aportó de su hacienda personal medio millón de maravedíes, la tercera parte de los gastos en metálico de la empresa. Asimismo desechó los barcos que había embargado Colón y despidió también a los hombres que éste había enrolado, escogió para la empresa otras dos carabelas,[138] la Pinta y la Niña, ya que sabía que eran muy veleras y "aptas para el oficio de navegar" porque las tenía arrendadas, hizo partícipes a sus hermanos y, además, fue por Palos, Moguer y Huelva, convenciendo a sus parientes y amigos de que se enrolasen, consiguiendo con ello la tripulación necesaria. Destacadas familias de marineros de la zona se unieron a la empresa, como los Niño de Moguer, los Quintero de Palos y otros marinos de prestigio que fueron decisivos para el definitivo reclutamiento de la tripulación.
Viajes a las Indias
Cristóbal Colón realizó un total de cuatro viajes a lo que hoy se conoce como América:En el primer viaje zarpó del Puerto de Palos el 3 de agosto de 1492 y, pasando por las Islas Canarias, donde estuvo desde el 9 de agosto al 6 de septiembre, llegó a las Bahamas el 12 de octubre, arribando posteriormente también a las islas La Española y Cuba. Volvió de La Española el 4 de enero, llegando a Lisboa el 4 de marzo y a Palos el 15 de marzo de 1493.
En el segundo viaje partió de Cádiz el 25 de septiembre de 1493, sale de Hierro el 13 de octubre y llegó a la isla Guadalupe el 4 de noviembre, explorando Puerto Rico y Jamaica. Regresó a Cádiz el 11 de junio de 1496.
En el tercer viaje zarpó el 30 de mayo de 1498, desde Sanlúcar de Barrameda, haciendo escala en Cabo Verde, de donde sale el 4 de julio, y llegó el 31 de julio a la isla Trinidad. Explora la costa de Venezuela. El 27 de agosto llegó Francisco de Bobadilla quien, con poderes de los reyes, encarceló en un barco a los tres hermanos Colón el 15 de septiembre y los envió encadenados a la península a mediados de octubre, llegando a Cádiz el 25 de noviembre de 1500.
En el cuarto viaje, salió de Cádiz el 11 de mayo de 1502 y llegó a Santo Domingo el 29 de junio. El 17 de julio desembarca en la actual Honduras y volvió el 11 de septiembre desde Santo Domingo, llegando el 7 de noviembre a Sanlúcar de Barrameda.
Primer viaje (3 de agosto de 1492-15 de marzo de 1493)
Cristóbal Colón ante los Reyes Católicos en la corte de Barcelona (V.Turgis, siglo XIX).
Finalizados todos los preparativos, la expedición salió de Palos de la Frontera (Huelva) el 3 de agosto de 1492, con las carabelas La Pinta y La Niña, y con la nao Santa María con una tripulación de unos 90 hombres. En diversas pinturas y otras obras artísticas se ha reflejado la presencia de algún sacerdote o religioso, sin embargo en esta primera expedición no viajó ningún clérigo entre la tripulación.
Estuvo en las Islas Canarias hasta el 6 de septiembre, concretamente en La Gomera (visitando a Beatriz de Bobadilla y Ossorio, gobernadora de la isla) y en Gran Canaria, arreglando el timón de La Pinta y sustituyendo sus velas triangulares originales por unas cuadradas, lo que la convirtió en la carabela más rápida de la flotilla.
La expedición no resultó fácil para nadie y durante la misma hubo varios conatos de motines. Entre el 13 y el 17 de septiembre experimentaron el efecto de la declinación magnética. El 22 de septiembre envió Colón su carta de navegación a Pinzón. La noche del 6 al 7 de octubre se produce un intento de motín en la Santa María que fue sofocado con la ayuda de los Pinzón. Sin embargo entre el 9 de octubre y 10 de octubre el descontento se extiende al resto de la expedición, tomando los capitanes la determinación de que se volverían en el plazo de 3 días de no divisar tierra. El 12 de octubre, cuando la tripulación ya estaba inquieta por la larga travesía sin llegar a ninguna parte, el grumete Rodrigo de Triana dio el famoso grito de: "¡tierra a la vista!". Sobre este episodio también existe controversia entre los historiadores, ya que los reyes habían ofrecido 10.000 maravedís al primero que avistara tierra, sin embargo este premio lo recibió Colón quien, según su diario de a bordo, habría visto "lumbre" unas horas antes que Rodrigo de Triana. Llegaron a una isla llamada Guanahani, a la que rebautizó como «San Salvador», en el archipiélago de las Bahamas.
También desembarcó en la isla de Cuba y en La Española. En las orillas de ésta, el 25 de diciembre de 1492, se hundió la nao capitana, la Santa María. Sus restos fueron usados para construir el Fuerte de La Navidad, constituyendo así el primer asentamiento español en América.
Las dos carabelas, al mando de Colón, regresaron a España. En el viaje de regreso sufrieron una fuerte tempestad que hizo que las naves se separasen, llegando la Pinta en primer lugar a Bayona el día 1 de marzo de 1493 y la Niña hizo lo propio llegando el día 4 de marzo a Lisboa. El día 9 de marzo, Colón se entrevistó con el rey de Portugal para convencerle de que la expedición no interfería con sus propiedades atlánticas y después partió para Andalucía.
Finalmente, el 15 de marzo arribaron al puerto de Palos ambas naves con una diferencia de pocas horas una de otra. A los pocos días falleció Martín Alonso Pinzón, el principal socio de Colón en este viaje, que fue enterrado probablemente en La Rábida, según era su voluntad.
Se sabe que tanto Pinzón como Colón enviaron noticias de su llegada a los Reyes, que se encontraban en Barcelona.[154] En esta ciudad apareció impresa, probablemente a principios de abril, una carta de Colón anunciando el Descubrimiento dirigida a Luis de Santángel[155] fechada a 15 de febrero, cuando todavía estaban en alta mar. Una semanas más tarde se imprimió en Roma una carta muy similar, dirigida al tesorero Gabriel (o Rafael) Sánchez y traducida al latín por Leandro de Cozco. Esta obra se difundió rápidamente por toda Europa y fue traducida al italiano y al alemán.
Escudo de armas concedido por los Reyes Católicos.
En abril de 1493, Colón fue recibido por los Reyes Católicos en Barcelona, donde explicó su llegada por el oeste a lo que él creía era la India.
Varios años después los europeos irían dándose cuenta de que las tierras a las que había llegado Colón no estaban conectadas por tierra con Asia, sino que formaban un continente aparte al que se le empezó a llamar "América" a partir de 1507.
El 20 de mayo los reyes, entre los premios y dignidades otorgados a Colón le concedieron esta ampliación de su escudo de armas primitivo:
El Castillo de color dorado en campo verde, en el cuadro del escudo de vuestras armas en lo alto a la mano derecha; y en el otro cuadro alto a la mano izquierda un Leon de purpura en campo blanco rampando de verde, y en el otro cuadro bajo a la mano derecha unas islas doradas en ondas de mar, y en el otro cuadro bajo a la mano izquierda las armas vuestras que soliades tener. Las cuales armas seran conocidas por vuestras, e de vuestros fijos e descendientes para siempre jamás.
El escudo concedido por los reyes fue modificado pronto por los Colón, si bien estas modificaciones fueron hechas de "motu proprio", así en 1502 en la publicación del Libro de los Privilegios se imprime en la portada un nuevo escudo. Este presenta las siguientes diferencias con el escudo oficial: las armas del primer y segundo cuartel fueron modificadas para representar las de Castilla y León, las islas del tercer cuartel fueron modificadas acompañándolas de una "tierra firme" en punta, con el fin de añadir las nuevas tierras continentales ya descubiertas, y el cuarto cuartel colocaron cinco anclas para señalar su dignidad de Almirante, pero no derechas, sino tumbadas hacia la derecha; las armas primitivas, las que "soliades tener" según el decreto real, fueron trasladadas a un "entado" inferior.
Las naves del primer viaje
Para el primer viaje Colón utilizó tres naves, dos carabelas y una "nao", aunque comúnmente se conocen como las "Tres Carabelas": la Santa María, la Pinta y la Niña.
La Santa María no era una carabela, en contra de lo que la apelación colectiva tradicional de las "Tres Carabelas" afirma. Se trataba de una carraca (nao en el lenguaje náutico español de la época). Con sus tres palos era una carraca menor construida, al parecer, en Galicia (razón por la cual fue llamada originalmente La Gallega) y era propiedad de Juan de la Cosa. De acuerdo con las normas de estiba de entonces, la Santa María podía llevar una carga de 106 toneladas de la época (51 toneladas actuales).
En el palo mayor aparejaba dos velas cuadradas: la mayor con una cruz roja en el centro y una vela de gavia. El trinquete portaba una sola vela cuadrada y el palo de mesana aparejaba una vela triangular latina. Del bauprés colgaba una vela de cebadera. La Santa María se hundió en aguas del Caribe durante el primer viaje.
La Pinta había sido construida en los astilleros de Palos pocos años antes del primer viaje. Fue elegida por Martín Alonso Pinzón por sus cualidades náuticas, ya que él mismo la había alquilado anteriormente. La costeó el concejo de Palos. Su nombre hizo pensar a algunos historiadores que pertenecía a la familia Pinto, pero en realidad fue alquilada a los armadores Gómez Rascón y Alonso Quintero, que fueron en ella a América como marinos. Probablemente su verdadero nombre fuera La Pintá.
Era una carabela nórdica de velas cuadradas con un velamen muy sencillo. Los palos de mesana y mayor iban aparejados con una vela cuadrada de grandes dimensiones, en tanto que el trinquete portaba una vela latina. La principal característica de esta carabela era su velocidad, hasta el punto que Colón, en su diario de a bordo, hacía referencia a que en una noche había navegado a 15 millas por hora (una milla de la época equivale a 0,8 millas náuticas actuales, por lo que su velocidad sería de unos 11 nudos, la misma que un carguero medio de la actualidad).
La Niña era una carabela de velas latinas que pertenecía a los hermanos Niño de Moguer, de ahí su nombre. Antes de formar parte de la expedición su denominación era la Santa Clara. Esta embarcación se construyó en los antiguos astilleros del puerto de la Ribera de Moguer entre 1487 y 1490. Fue elegida por los Pinzón por ser muy maniobrable. También la costeó el concejo de Palos.
Las velas de la Niña carecían de rizos, por lo que no tenían sistema de cabos que permitiera reducir la superficie en caso de fuerte viento. Las jarcias que sostenían los palos estaban enganchadas en los costados del buque. La carabela carecía de castillo de proa, mientras que el alcázar era bastante pequeño. Al llegar a las Islas Canarias se le cambió el velamen y se le pusieron velas "redondas" en lugar de las tradicionales "latinas" que portaba. Es posible que, durante el primer viaje, la Niña fuera convertida en carabela de velas cuadradas durante la escala en Canarias. Posiblemente formó parte también del segundo y tercer viaje de Colón, recorriendo en el transcurso de sus viajes más de 25.000 millas náuticas en total.
Segundo viaje (25 de septiembre de 1493-11 de junio de 1496)
Partió de Cádiz y desembarcó en la isla de Puerto Rico el 19 de noviembre.
El objetivo de este viaje fue explorar, colonizar y predicar la fe católica por los territorios que habían sido descubiertos en el primer viaje, todo ello bajo el amparo de las bulas alejandrinas que protegían los territorios descubiertos de las reclamaciones portuguesas.
De las 17 naves que participaron en este segundo viaje (3 carracas, 2 naos grandes y 12 carabelas), sólo se conoce el nombre de unas pocas, entre las que se cuentan la Niña, participante del primer viaje, y la Marigalante o Santa María, homónima de la malograda en el primer viaje, la carabela Cardera y la carabela San Juan, de la que era piloto el roteño Bartolomé Pérez, que en el primer viaje, fuera en la Niña.
En su segundo viaje a la isla La Española, observó el eclipse lunar del 14 al 15 de septiembre de 1494 y, comparando sus horas del comienzo y fin con las registradas en las observaciones de Cádiz y Sao Vicente (Portugal), dedujo definitivamente la esfericidad de la Tierra ya descrita por Claudio Ptolomeo.
En 1493 descubrió la isla de Guadalupe, ubicada a unos 480 km (300 millas) al sudeste de Puerto Rico y que era conocida por los indios caribes como Karukera ("isla de las aguas hermosas").
Tras fundar la ciudad de La Isabela el 6 de enero de 1494, dispuso el retorno a España de 12 buques de su flota, quedándose sólo con las carabelas Niña -ahora llamada Santa Clara (su primitivo nombre)-, San Juan, Cardera y algunas otras. En junio de 1496 Colón regresó de su segundo viaje a bordo de la Niña, acompañado sólo de la India, el primer buque construido en las Nuevas Tierras.
Tercer viaje (30 de mayo de 1498-25 de noviembre de 1500)
Mapamundi de Juan de la Cosa de 1500. El Nuevo Mundo aparece en la parte superior (en verde) y el Viejo Mundo en la parte central e inferior (en blanco).
En este viaje, Colón partió desde Sanlúcar de Barrameda capitaneando seis barcos y llevando consigo a Bartolomé de Las Casas, quien después proporcionaría parte de las transcripciones de los Diarios de Colón.
La primera escala la realizó en la isla portuguesa de Porto Santo, de donde procedía su mujer. De allí partió hacia Madeira y llegó el 31 de julio a la isla Trinidad. Desde el 4 al 12 de agosto exploró el golfo de Paria, el cual separa Trinidad de Venezuela. En su reconocimiento de la zona llegó hasta la desembocadura del río Orinoco, navegó por las islas de Chacachare y Margarita y renombró Tobago ("Bella Forma") y Granada ("Concepción"). Inicialmente, describió las tierras como pertenecientes a un continente desconocido para los europeos, pero luego se retrajo y dijo que pertenecían a Asia.[169]
El 19 de agosto retornó a La Española para encontrar que la mayoría de los españoles allí asentados estaban descontentos, al sentirse engañados por Colón sobre las riquezas que encontrarían. Colón intentó repetidas veces pactar con los sublevados, los taínos y los caribes. Algunos de los españoles que habían retornado acusaron a Colón ante la corte por mal gobierno. Los reyes enviaron a La Española al administrador real Francisco de Bobadilla en 1500, el cual a su llegada (23 de agosto) detuvo a Colón y a sus hermanos y los embarcó hacia España. Colón rehusó que se le quitaran los grilletes en todo su viaje a España, durante el cual escribió una larga carta a los Reyes Católicos. Al llegar a España recuperó su libertad, pero había perdido su prestigio y sus poderes.
Estos viajes, si bien fueron limitados en sus objetivos, aportaron gran información a la Corona.
Cuarto viaje (11 de mayo de 1502-7 de noviembre de 1504)
Nuevamente partió de Cádiz. Exploró las costas de las actuales Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, así como el golfo de Urabá en la actual Colombia. Desde este golfo intentó retornar a La Española, pero una tormenta lo hizo desembarcar en Jamaica, donde permaneció hasta 1504.
En 1503, en su último viaje por las Antillas Mayores, descubrió las islas llamadas actualmente Caimán Brac y Pequeño Caimán (pues Colón nunca vio la isla de Gran Caimán, que recibieron el nombre de Las Tortugas. Se les dio ese nombre por la gran cantidad de tortugas que había en ellas y en sus alrededores. Regresó en 1504 a Sanlúcar de Barrameda.



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